Creí que este blog necesitaría tomarse unas vacaciones durante este tiempo, pero he vuelto. Hola. Otra vez, me encuentro a mi misma quasi-sola en la ciudad mientras el resto del universo social esta disfrutando en la costa. Puedo sobrevivir, claramente. En Diciembre, en Venezuela, me hundí en un mar de series y, si se quiere, tuve una convulsion gay de la que me costó volver. No, no me volví lesbiana, sino que entre en una especie de trance en el que me enamoré (platónicamente, como es mi costumbre ) de varios hombres homosexuales de distintos ambientes. Dos de ellos, concursantes y finalistas de dos distintas temporadas de Proyect Runway.
Empezó Enero y creí que mi vida y mis gustos no podían caer más bajo en el pozo de lo bizarro, pero otra vez, me sorprendí a mi misma y aquí estoy ahora: ahogada en un mar coreano de cine, series y gigantes amores platónicos.
Me cuesta mucho trabajo, no caer ante los encantos de Jang Geun Seuk, ante sus películas, y ante sus series. No se, ya fue. Básicamente, estoy entregada a lo bizarro de mi existencia.

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